10 abr 2012

Los ayudantes B reciben la cesantía como adicional por título


En la UNS, un estudiante que ingresa a la docencia mediante un concurso público de oposición y antecedentes, al culminar su formación académica de grado y luego de una experiencia docente adquirida, es “premiado” con la cesantía.

De acuerdo al anuario 2010 de la UNS, aproximadamente 11% de la planta docente está cubierta por ayudantes B. En Economía representan 20% de la planta, en Matemática 26% y en Física la proporción asciende a 32%. No se trata simplemente de un porcentaje mínimo de alumnos que complementan su formación y se inician en la docencia; la figura de Ayudante B constituye un pilar fundamental de la docencia (precarizada) en las cátedras.

 Lo que no figura en el anuario de la UNS es la cantidad de estudiantes que trabajan en las cátedras sin nombramiento alguno, en algunos casos sosteniendo las cátedras con trabajo no remunerado.

Como si lo anterior no fuese suficiente, con frecuencia se les asigna tareas que corresponden a categorías docentes superiores (dictado de clases teóricas, toma de exámenes).

La Universidad llama a estos cargos “de planta permanente” bajo el argumento de que son concursados pero en la práctica son cargos de “rotación permanente”: el cargo de ayudante B liberado por un reciente graduado se concursa nuevamente para incorporar a un nuevo estudiante sin formación ni experiencia. Este despropósito incentiva incluso a los estudiantes que tienen ayudantías B a no finalizar sus estudios de grado a fin de evitar el despido forzado.
La asfixia presupuestaria, además, estanca la promoción de los Ayudantes B graduados para continuar su carrera docente. 

El CSU, en su resolución CU457/95, al tiempo que reconoce a la ayudantía B como la base y el estímulo para el inicio en la carrera docente de los futuros egresados, dispone a renglón seguido la prohibición de reestructurar los cargos de ayudante B, con la consecuencia de excluir a los ayudantes B que se gradúan de la posibilidad de continuar su carrera docente. 
 Como toda política de precarización laboral, su foco apunta al segmento más débil, a los jóvenes que se inician en la actividad docente. La precarización de los ayudantes B hace uso del entusiasmo y la voluntad de trabajo de los jóvenes para extraer de ellos horas de esfuerzo sin remuneración ni derechos firmemente establecidos.

El verdadero estímulo al alumno se cumple en la medida en que se respete un derecho fundamental de todo trabajador como es la estabilidad laboral, que exige la garantía de acceso a la carrera docente y no un truncamiento preestablecido.  


• Por la continuidad laboral de los docentes que se gradúan.


• No a la superexplotación de los estudiantes. Basta de trabajo no remunerado. Regularización de todos los docentes que trabajan sin nombramiento.


• Pase automático de los ayudantes B a la categoría de ayudante A, efectiva al día de aprobación de la última materia de grado. 


• La creación de nuevos cargos B en la medida en que su proporción disminuya significativamente y supeditado a que la cátedra tenga la estructura jerárquica superior completa. 


• Sueldo básico para el cargo testigo de $3000.


• Vigencia del nomenclador histórico.


• Derogación del impuesto a las ganancias sobre el salario y de los topes a las asignaciones familiares.


• Convenio Colectivo de Trabajo único y de aplicación obligatoria en las UUNN que incorpore la Estabilidad Laboral y Carrera Docente para todos los niveles.


• Basta de precariedad laboral en la UNS, en la UPSO y en el PEUZO. Pase a planta de los contratados e interinos. Reconocimiento pleno de los derechos y beneficios laborales, gremiales y previsionales del docente.


• Por la continuidad laboral de los docentes que se gradúan. No a la superexplotación de los estudiantes. Basta de trabajo no remunerado. Regularización de todos los docentes que trabajan sin nombramiento. Pase automático de los ayudantes B a la categoría de ayudante A, efectiva al día de aprobación de la última materia de grado.